ROSQUILLAS DE ANÍS CASERAS

Rosquillas de anís caseras, historia:


Cómo hacer rosquillos fritos

Cuando hago la receta de rosquillas de anís caseras, inevitablemente me traslado al sabor de la cocina de las abuelas, un sabor de antaño que nos recuerda a tradición.

Las rosquillas esponjosas son un postre muy especial, quedan con un aspecto muy apetecible y si seguís mis pasos, vais a tener unas rosquillas de infarto. Además, son de estas recetas que a los niños les encanta hacer, un plan familiar en el que todos juntos elaboraréis la masa de los rosquillos.

El origen de las rosquillas de anís de la abuela, viene de una pasta que se preparaba en semana santa y que ha resultado ser típica durante todo el año. Son muy conocidas en Santillana del Mar y en Madrid por la fiesta de San Isidro, donde se pueden comprar hasta 4 tipos diferentes.

 

Vídeo paso a paso:


Ingredientes


  • 6 huevos medianos

  • 800 gr. de harina

  • 32 gr. de levadura en polvo 

  • 200 gr. de azúcar

  • 100 ml. de leche

  • 60 ml. de anís dulce

  • 100 gr. de mantequilla

  • Ralladura de naranja y de limón

Rosquillas de anís caseras, preparación:


  • Paso 1

    En un recipiente grande ponemos a batir los ingredientes por el siguiente orden, huevos, azúcar, leche, mantequilla derretida, anís y ralladura de los cítricos. Después agregamos la harina con la levadura, que podréis incluir más se veis que no se trabaja bien la masa.

  • Paso 2

    Mientras ponemos abundante aceite a calentar, vamos formando bolas de masa que iremos espolvoreando de harina y reservando. Freiremos despacio cuando el aceite esté caliente, ya que pueden quemarse por fuera y quedar crudas por dentro.

  • Paso 3

    Iremos cogiendo las bolas que hemos reservado y haciendo forma de rosquillas hasta que dejen de pegarse en las manos para freírlas. Las iremos poniendo en un plato con papel cocina debajo para que absorba el exceso de aceite. Embadurnaremos de azúcar y guardamremos en el recipiente que queráis. Un truco para saber cuándo las rosquillas están bien fritas, es que pierdan un poco de peso, de no ser así, podréis correr el riesgo de que estén poco hechas.


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